Para lograr la comprensión
de un texto, influyen muchos factores, como: qué tanto está familiarizado el
lector con el tipo de texto, si cumple sus expectativas con el propósito de la
lectura, que intereses lo llevaron a elegir ese documento, entre otras.
Cabe mencionar que toda
comprensión, implica un aprendizaje significativo, es decir, de una
construcción personal, entre lo que sabe y lo que acaba de aprender, es ahí
cuando el lector, sin querer, se apropia del contenido y lo hace suyo.
Como profesores debemos
observar si realmente enseñamos a un alumno a leer comprensivamente y a
aprender, dicho de otro modo; que pueda afrontar de manera autónoma diversas
situaciones, lo cual se vera reflejado en sus estudios.
La
intención de la lectura determinará, la forma en que el lector abordará el escrito,
además del nivel de comprensión que experimentará. Desde este punto de vista,
Foucambert (1976) caracteriza las diferentes maneras de abordar un texto según
el objetivo de lectura.
*Lectura silenciosa integral:
cuando se lee un texto manteniendo la misma actitud.
*Lectura selectiva: guiada por un
propósito ordenador o para extraer una idea global. Se caracteriza por la
combinación de lectura rápida de algunos pasajes y de lectura atenta a otros.
*Lectura exploratoria: producida a saltos para encontrar un
pasaje o una información determinada.
*Lectura lenta: para disfrutar de
los aspectos formales del texto, para recrear sus características incluso
fónicas aunque sea interiormente.
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